Energía Perfeccionista en la Personalidad

Nos han enseñado que el perfeccionismo nos hace mejores. Si tienes unos estándares altos, llegarás lejos. Así que, incluso aun cuando el perfeccionismo es aprendido y no innato en las personas, lo valoramos más que a nosotres mismes.
El perfeccionismo es una estrategia de supervivencia que funciona como motor para que hagamos las cosas "bien". Sin darnos cuenta de que ese "bien" es una construcción subjetiva solo nuestra que poco tiene que ver con una objetividad real. Es decir, que nos forzamos a hacer cosas de una determinada manera (que sentimos que es LA correcta) para sentirnos mejor con nosotres, para sentir que encajamos en un supuesto molde: el de la trabajadora, el currante, la fuerte, el que lo da todo, la que se sacrifica, el que se esfuerza, la buena persona, el que lo hace todo bien.
Así, aprendemos que para que nos acepten y/o quieran, necesitamos no tenernos en cuenta y enfocarnos en ser "buenas/os", forzándonos a SER.
Desde este lugar, el perfeccionismo nos limita.
Presión para la acción = bloqueo interdimensional
Presionarnos para HACER puede funcionar a corto plazo, pero ¿qué pasa cuando presionamos a otras personas durante mucho tiempo? Que sienten que no valen, que siempre pueden hacer más, que nunca es suficiente. Ese es el mensaje que nos mandamos con el perfeccionismo.
Esta situación genera un bloqueo a diferentes niveles en nuestro sistema que van en cadena: empezamos bloqueando nuestras necesidades emocionales, esto bloquea el acceso a nuestras emociones, que se viven en el cuerpo, por lo que nos desconectamos de él, y sin acceso a todo esto, no podemos conectar con nuestra parte espiritual (propósito de vida, esencia, autenticidad). Así, nos alejamos de lo que somos para quedarnos en lo que nos forzamos a ser.
Cuando esta estrategia se internaliza tanto en nosotres, que incluso llegamos a identificarnos con ella, empieza a formar parte de nuestra personalidad. Sentimos que somos perfeccionistas. Esta profundidad de la estrategia de perfeccionismo hace que se instalen creencias como "no soy suficiente", "no soy valiose", "no soy capaz", entre otras. En este punto estamos bloqueando nuestra capacidad de SER, que es infinita, flexible, fluida y expansiva.
Transmutar Energía Perfeccionista
Me gusta enfocar la personalidad (y las estrategias de supervivencia) en energías, para darles esa oportunidad de transformarse, moverse y fluir. Para transmutar la energía perfeccionista necesitamos:
Saber qué profundidad tiene el perfeccionismo en mi vida. Para ello puedo hacerme algunas preguntas: ¿Está instalado en mi personalidad? ¿Siento que soy perfeccionista? ¿Es parte de lo que me identifica? ¿Es lo que ven de mí otras personas? ¿Esta estrategia de perfección aparece en muchos ámbitos de mi vida? ¿o sólo en algunos? ¿Cuánto de importantes son esos ámbitos para mí? ¿Mi valor como persona depende de cómo hago las cosas? ¿de si están bien o mal?
Re-conectar lo desconectado. Puede que lo primero que sienta al volver a conectar con alguna emoción sea miedo, porque suele ser lo que más nos ha hecho alejarnos de las emociones. Así que encuentra herramientas (o ayuda profesional) de re-conexión desde la compasión y no desde la exigencia, yendo poco a poco y descubriendo tu propio ritmo.
Una vez tengamos esta base, el camino de transformación ya ha comenzado, los siguientes pasos pueden ser Cuestionar e Integrar el Perfeccionismo como una parte de ti, que puede servirte de ayuda.
Cuestionar el perfeccionismo
Muchas veces habremos escuchado y/o leído que el perfeccionismo no existe, porque nada puede ser perfecto como nos gustaría. Y he aquí el error, nada puede ser perfecto como nos gustaría porque no somos entes iguales a les que nos guste lo mismo, Los gustos y preferencias individuales siempre van a hacer de filtro para el perfeccionismo.
¿Pero y si el perfeccionismo nos hablara de simple pureza? El perfeccionismo espiritual viene a hablarnos de aceptación de la realidad tal y como es.
La realidad es perfecta porque existe
Nos planteamos en muchas ocasiones situaciones que podrían haber salido mejor o que podríamos haber actuado diferente. En muchas de estas situaciones inventadas creemos que nos sentiríamos mejor de lo que nos sentimos con la realidad, pero lo cierto es que eso no es real, es una estrategia de tu mente para intentar evitar la emoción que genera en ti la realidad, llevándote a un lugar ficticio donde te sientes de otra manera.
Nuestra mente tiene capacidad de hacernos sentir emociones (por ejemplo, si piensas en un recuerdo puedes sentir algo parecido a lo que sentiste en aquel momento), pero no las puede suprimir. Por lo que la emoción desagradable de esa realidad que no nos gusta, sigue ahí aunque la ignoremos, atascándose, atascándonos.
Si utilizamos el perfeccionismo espiritual como forma de acercarnos a la realidad, podemos ver que eso que tenemos delante es perfecto porque existe, mientras que lo que yo quiero/creo que debería ser/considero que es correcto ni si quiera es real, por lo que no puede ser lo perfecto.
En el Grupo de Estudio de mi Patreon (nivel 2) tienes la clase de Energía Perfeccionista de la Personalidad en la que profundizo todo esto, donde puedes comprender mejor el perfeccionismo en tu historia, a la vez que sentirás cómo se puede integrar el perfeccionismo con algún ejercicio experiencia. Además, en este espacio estaré compartiendo más herramientas y ejercicios sobre este tema.